12 de octubre de 2009

Poder II

Poder II

Detesto estas reuniones, detesto discutir, y aun más detesto tener que acatar lo que la mayoría diga, no es secreto que en cuanto relaciones humanas soy un fiasco, en terapia sirvo por mi amor a la Psique, a la Patología, pero en la vida real me resulta verdaderamente difícil mantener una buena relación con el común de la población. La junta directiva de la clínica discute acerca de los acontecimientos ocurridos hace dos días, alagan mi intervención mientras tratan de condenar a Flaira, la mayoría de los miembros tiene un antagonismo político cuando se reúnen a discutir sobre el futuro del centro, yo permanezco en silencio observando como siempre.

-Se salió adelante, pero pudo ser peor, la demanda hubiera arruinado la reputación de la clínica.

Jael es el único otro miembro varón de la junta, es un prominente Psicólogo, con varias maestrías, su amor es la terapia, padre dedicado y buen esposo de una pequeña familia, no le gusta la investigación debido a su falta de orden, le gusta improvisar y tiene el conocimiento para hacerlo, creo que en secreto está enamorado de Flaira y como esto contradice su puritana forma de ser en cuanto a relaciones, niega su deseo y libera su ansiedad en forma de agresión contra la dama que no tiene la culpa de su doble moral.

-Sin embargo no paso nada gracias al Doctor

La dama que lanza su discreto alago a mi persona, es la Maestra en Psicoterapia Gestalt Sire, soy el único con grado de Doctor, esto por mi necesidad de sobresalir, ellos no tienen esa necesidad por eso no han hecho un doctorado salvo Flaira, los demás tienen varias maestrías, nuestra privilegiada posición nos permite darnos el lujo de dedicarnos en ocasiones a solamente estudiar y en casi siete años de Clínica nos ha dado tiempo de perfeccionar nuestros currículos.

-yo no hice nada, Flaira atendió el asunto, hablo con los padres y cerró el trato.

Es una pequeña mentira, pero odio a la Junta directiva, se la pasan creando discordia entre todos, tratando de obtener un poder que no existe, en el caso de Sire no tiene la suficiente confianza, ni el apoyo para tomar el poder, así que siempre intenta lanzarme la responsabilidad. Además aun que yo no hubiera estado Flaira una vez pasada su impresión por el acto, hubiera respondido adecuadamente, solo la tomaron por sorpresa.

-Yo voto porque retomes tu puesto como Director General.

Draina me ve fijamente; la Terapeuta Nutricional fija sus verdosos ojos en mi, mientras acomoda su cabello detrás de sus hombros, sabe que intentaré rechazar la solicitud, no me interesa regresar al trabajo administrativo, dejando de lado mis pacientes, investigaciones y demás, me gusta la práctica, cierto no tengo muchos pacientes, pero dirijo tres investigaciones, y la verdad me da flojera tener que ser el Padre de todos de nuevo.

-Flaira hace un excelente trabajo, y el acontecimiento jamás se volverá a repetir

Comento rápidamente, todos me miran, saben que no quiero la responsabilidad, aun cuando todos ellos votarían por mí de inmediato, de hecho después de la propuesta de Draina el ambiente ha quedado en silencio, solo yo he hablado, nadie dice nada, así que es tiempo de terminar la reunión.

-Bueno creo que eso era todo

Me levanto con irreverente actitud, como si no estuviéramos en una importante junta, sino más bien, en una reunión informal, sonrió y salgo de la habitación. Flaira hace lo mismo dirigiéndose de inmediato a su oficina, ha sobrevivido sin un rasguño, sabe que su puesto está seguro, después de mi ella es la socia con mayor número de acciones en la Clínica.

-Deberías regresar y lo sabes

Mi narciso asiente con aquel comentario de Sire, que tras unos diez minutos me ha alcanzado en mi consultorio, la dama de rojos cabellos y ojos color ámbar me mira desde el dintel de la puerta, le invito a pasar y a tomar asiento, siempre hemos sido buenos amigos, desde la preparatoria.

-tal vez

A pesar de que mi Ego me grita que debo regresar al mando de la Clínica, mi punto de confort es no ser más que un irreverente terapeuta, sin nada importante sobre sus manos más que mi propio trabajo.

-¿tal vez?... tienes que ser el Director, o esto será un caos

Sus palabras están exaltadas, su mirada fija, su mandíbula presionada, y cierra su puño lentamente, está enojada conmigo por no tomar el lugar que ella quiere que tenga, por negarme a seguir sus planes y los de varios miembros, de hecho serían más fáciles las juntas si yo soy el director, como socio mayoritario, quien no me respeta, me teme por que de acuerdo al acta puedo deshacerme de cualquier miembro de la Junta Directiva cuando quiera, un privilegio que me asegure como protección.

-Estará bien, ha estado bien durante tres años y seguirá bien

Me pongo de pie terminada la frase, ella me sigue con la mirada mientras el ruido de mis zapatos caminando hacia la puerta inunda la habitación, no voy a ceder, estamos bien como estamos y no lo voy a cambiar tan solo por un evento aislado.

-ahora si me disculpas, tengo que hacer algunas cosas

Le digo cordialmente mientras abro la puerta y le indico caballerosamente el camino, ella hace una ligera mueca, torciendo su sonrisa, la he corrido, diplomáticamente, pero la he corrido y eso le desagrada, ella esperaba hablar conmigo y hacerme cambiar de opinión después de todo fue la única que se opuso cuando yo pedí mi sabático hace ya tres años.

-te propongo algo

Flaira me mira sentada a mi derecha, después de un largo día de trabajo hemos quedado de subir a mi casa a tomar un trago para quitar el estrés de nuestras vidas, mi sala con la chimenea encendida nos mantiene cálidos mientras la música ambienta el lugar.

-¿qué cosa?

Pregunto sabiendo de antemano a lo que se refiere, la luz tenue me deja ver sus bellos ojos mientras la distancia de nuestros cuerpos se cierra, estamos solos, pasaremos una agradable noche y al termino de esta ella tendrá que decidir si quedarse o irse, aun a sabiendas de que ambos deseamos lo primero aun que no lo confesemos.

6 de octubre de 2009

Poder

Poder

Las mañanas son buenas, como siempre, sin importar si en mi cama hay algo al lado o no, claro que me refiero a un cuerpo humano, uno vivo, tal vez demasiado vivo, los miro cuando me levanto, generalmente jóvenes, bellos, y algo ingenuos, o al menos eso pienso, rara vez, por no decir nunca, hablo con ellos, a penas y cruzamos las palabras necesarias para que terminen en mi cama, la ventaja de las aventuras de una noche es que ellas no hablan de mi, ni yo de ellos.

-el agua está caliente, si quieres tomar un baño

Le digo al joven recostado en mi cama, que se despierta suavemente con una sonrisa en sus labios, me mira alegre, me enternece en cierto punto, pero no es importante

-si quieres desayunar dile a Enir y el verá que te lo preparen, quédate el tiempo que quieras

Doy las típicas instrucciones mientras arreglo mi corbata, él me mira entre desconcertado y aun somnoliento, no digo nada más solo termino de arreglarme y salgo de la habitación para ir a mi trabajo, bajando las escaleras Enir me espera con un pan dulce y una taza de buen café, me encanta mi vida, me encanta los múltiples lujos que puedo darme, Enir no solo es mi asistente es mi mejor amigo y también el chico con el cual me divierto dándole celos los últimos meses dejando que atienda a mis conquistas de una noche.

-Gracias

Le digo mientras tomo el café y le doy una mordida al pan, me mira con una sonrisa irónica, suspira y pregunta como todas esas mañanas de conquista.

-¿cómo se llama?

En verdad no entiendo porque sigue esperando que esa pregunta tenga una respuesta, tal vez ahora quiere saber que me interesa algún ser humano, pero como siempre la respuesta es simple.

-ni idea, pero pregúntale, igual y también tienes suerte

Le digo con ironía, mientras le cierro un ojo, hace una mueca de desagrado mientras se aleja hacia las escaleras, subirá a la habitación, encontrará al chico desnudo en mi cama, abrirá las cortinas y lo obligara a dejar la tranquilidad de la cama, con repudio, pero él tiene la culpa de todo.

-Buenos días Doctor.

Entro al ascensor después de salir de mi departamento, y en el sexto piso la puerta se abre, la señora “algo” sube con su hijo, un niño de 10 años de edad, cabello castaño como él de su madre, el niño me mira con miedo, supongo que impongo un poco, pero eso no es relevante, saludo a la madre que me mira sonriente, es madre soltera, tiene tres hijos, él niño en el ascensor es el menor de ellos, y la dama es muy joven, creo que tuvo a su hijo mayor a los quince años, pero es hija de una buena familia, por lo que puede darse el lujo de que el abuelo page el costoso departamento donde vive, el ascensor se detiene en la recepción del edificio, con una reverencia me despido de la señora y de su retoño, ellos continuarán hasta el sótano para subir a su auto, yo en cambio no tengo que trasportarme, reafirmo una vez más amo mi estilo de vida, la clínica esta en el mismo edificio donde vivo, por lo que mi camino al trabajo es solo descender por el elevador y después entrar despreocupado a la clínica.

-Te estaba esperando, a mi oficina

Flaira es la que a su manera me recibe, debo admitir que si yo soy obsesivo por llegar al trabajo quince minutos antes a pesar de que vivo en el mismo edificio y en mi posición podría darme el lujo de sufrir el síndrome de la casa de enfrente y llegar quince minutos después o inclusive media hora, ella me gana en ese punto, llega una hora antes y siempre impecable, bella, bien arreglada y lista para arrastrarme a su oficina por alguna causa sin importancia, tal vez otro practicante se quejo de que le dije lo incompetente que era, o me salté algún protocolo.

-ya voy

Le digo con indiferencia mientras ella camina delante de mí, claro que primero pasaré a mi consultorio a dejar mis cosas, bueno en realidad a perder unos minutos con tal de seguir siendo el caos que siempre soy. Su oficina es hermosa, amplia, acogedora, con una sala para discutir proyectos, una pantalla plana de 52 pulgadas, frente al sillón más cómodo de diseñador italiano que pueda existir, un escritorio frente a la ventana hecho de hermoso cristal, sillas cómodas para atender a las personas y una mesa de trabajo para discutir sobre los diferentes proyectos, en verdad me encanta su oficina, de hecho debería ser mía, claro si no hubiera renunciado a ella para tomarme un año de vacaciones y solo dedicarme a ver pacientes y dirigir una que otra investigación, convirtiéndola a ella en jefa y señora de todo este lugar.

-siéntate

Me dice en cuanto entro, está sentada en el escritorio mientras firma unos papeles y sin verme señala las bellas sillas italianas frente a al mueble de cristal, y yo calmadamente voy y tomo asiento en el cómodo sillón frente a la pantalla plana, ella levanta la vista, sonríe con ironía, sabía que haría eso, de ninguna manera dejaría que una barrera, aun que sea tan fina como el escritorio, se interpusiera entre ella y yo.

-Enir no ha llegado, eso significa que tuviste una buena noche

Dice con una sonrisa en sus labios mientras sensualmente camina hasta la sala para tomar asiento en el lovesit al lado derecho del sillón donde me he ubicado. Es su manera de darme los buenos días pero en seguida lo noto, tiene presión en su mandíbula, sus dientes casi rechinan imperceptiblemente, sus hombros están tensos, su mirada fija en mis ojos, aquí hay gato encerrado, algo le preocupa demasiado.

-¿qué sucede?

Pregunto con un ligero tono de preocupación, no es personal o nunca lo hubiera notado, cuando quiere ocultar algo es muy buena en eso, esto me concierne y solo hay una cosa que nos concierne a ambos.

-¿qué estupidez hicieron?

Inquiero después de casi un minuto de silencio, ella suspira profundo, noto lo que interpretaría como frustración, pasa los dedos sobre el monitor táctil acomodado en la mesa de centro de la sala, Dios que bien acondicione este lugar, y de inmediato en la pantalla frente a mi aparece un video que revela su preocupación, en él hay un chico de no más de 16 años desnudo frente a un espejo y de espaldas a un terapeuta, el chico se mira con mueca de confusión hacia el espejo, antes de tomar sus ropas, vestirse rápidamente y salir corriendo del consultorio ante un terapeuta que lo mira entre asustado y desconcertado, el terapeuta es Daniel, un joven terapeuta casi recién egresado, que si no fuera por sus recomendaciones no lo hubiera contratado.

-demonios, ya demando

Pregunto poniéndome de pie y caminando hacia el escritorio, tomo el teléfono mientras ella me cuenta que aun no han demandado, pero es casi seguro que lo hagan, marco el número de mi abogado de inmediato, la firma tendrá que estar lista para reducir en lo más mínimo este evento.

-Tienes el…

No termino mi frase y ella extiende el folder delante de mí, me siento en su escritorio mientras el teléfono me da tono, y empiezo a checar el expediente, esperando que Daniel haya justificado lo acontecido en la sesión antes de haberlo hecho, en cuyo caso puedo gritarle a Flaira también por no haberlo notado antes, pero nada, en el plan de sesión no hay nada, de hecho ni siquiera el tema de la sesión tenía que ver con sexualidad o identidad, bueno tal vez un poco con la segunda, pero no era como para poner una técnica como la que implican las imágenes del video.

-No llenó el reporte tampoco

Me dice antes de que termine de leer, la miro fijamente a los ojos, ambos sabemos que estamos ante un gran problema, tal vez uno demasiado grande, le digo que cancele todos los pacientes de Daniel y que les deje con cita abierta por el momento, también debe convocar a una junta de emergencia para hablar con todo el personal, si esto llega a los medios, deben saber que hacer, ella sale a cumplir mis órdenes, mientras yo habló con el abogado.

-Si hay denuncia, entrega el video, así la clínica queda bien parada, y si tu terapeuta puede justificarlo habrá que preparar todo un informe para el Juez, la ventaja es que el centro cuenta con una buena imagen a nivel profesional, pero habrá que sustentarlo, además si fue con morbo tienes el deber de reportarlo tú mismo, así que te recomiendo que te juntes con él para que se explique aun que no haya demanda de por medio.

El abogado es directo, por eso es mi abogado, de hecho si no fuera porque amo la psicología hubiera sido abogado, tal vez por eso mi hermano es abogado, bueno no importa ahora tengo otras cosas de que preocuparme y es que siempre que algo sobrepasa las capacidades de Flaira como directora yo como socio mayoritario tomo todo el control de la clínica y esto obviamente sobrepasa las capacidades de cualquiera y pensar que hace menos de treinta minutos mi vida pintaba tan bien.

-En ¿qué estabas pensando?

Cuestiono al pobre terapeuta que ya no sabe si solo quedarse callado o contestar a mis preguntas, Flaira está sentada a mi lado en la sala de juntas, supongo que está ahí para asegurarse de que no mate al inexperto terapeuta, que no ha hecho reporte de su sesión a ya casi 24 horas de esta, no planeo la serie de acontecimientos que se presentaron y tampoco había notificado nada a la directora, como si lo acontecido fuera cosa de cualquier día.

-es que… no creí… que… que fuera gran cosa.

Debo suponer que mi instinto asesino es ya muy obvio, cuando Flaira coloca su mano en mi pierna para detenerme de mi impulso de levantarme y golpear la mesa con fuerza mientras grito con ironía “gran cosa, gran cosa, para nada es insignificante, como tu maldito cerebro” pero la mano de la chica no me deja más remedio que decir mientras trato de mantener la calma.

-Se te hace poco, que un paciente salga corriendo de tu consultorio después de que estuvo desnudo ahí, entiendo bajo que esquema lo hiciste, bajo ciertas circunstancias le puede ser útil, pero no eran esas las circunstancias, no era el momento y es un menor, primero que hacer cualquier cosa se debe por ley consultar a los padres.

Me mira atemorizado, a pesar que juro estar conteniéndome, no puedo creer que haya cometido un error tan grande al contratar a un pelele que cree que se puede improvisar tan fácilmente con una técnica de estas implicaciones, suspiro nuevamente, Flaira presiona un poco más mi pierna, la miro y asiente con la cabeza.

-Estás despedido, tienes tres horas para limpiar tu consultorio y terminar tus reportes con recomendaciones para los terapeutas que tomen tus casos.

Me pongo de pie y camino hacia la puerta abriéndola en un falso gesto de amabilidad, él me mira atónito, y después mira a Flaira, como si esperara compasión de su parte, no se por qué siempre esperan eso del policía bueno, policía malo, o del padre duro y la madre consoladora, cuando ella seguramente lo hubiera demandado por mala praxis, yo soy el bueno aquí.

-Retírese Lic. Daniel antes de que cambie de opinión y además de despedirlo se le demande por mala praxis.

Ahora si está más que sorprendido, Flaira no había hablado en toda la reunión y obviamente esas palabras lo asustaron más que todo lo que yo dije, así que el ex trabajador solo toma sus cosas y sale como ratón asustado de la sala de juntas, dejando solo a Flaira y a mi frente a frente, ahora tenemos que hablar con los padres, explicar lo acontecido, convencerlos de la buena, aun que estúpida, intención del terapeuta y pedirles que su hijo continúe tratamiento con otro terapeuta, tratando de mantener esto lo más privado posible, lo cual seguramente será con una propuesta de tratamiento gratuito o mínimo mitad de precio, detesto tener que cubrir los errores de otros.

-no debimos esperar a que hubiera demanda

Cuestiona ella, después de todo, si es la buena, solo que sabe que la mayoría de las veces tengo la razón, pero luego se compadece de los demás.

-No, de hecho, tenemos que evitar la denuncia, no hay crimen que perseguir, él no lo hiso con morbo, lo hiso por estúpido, es probable que los padres no sepan que sucedió, o ya lo hubieran detenido, así que tenemos que manejarnos con mucho tacto.

Ella solo afirma con la cabeza, no sé porque creo que mi sabático ha terminado y que ella volverá a su puesto en la subdirección y yo volveré a ser el Director de la clínica. En fin me iba a tomar solo un año y ya llevo casi tres, supongo que es hora de volver.

-No fuimos muy drásticos al despedirlo, cualquiera comete un error, además él es un principiante, ¿cuánto tiene de haber salido, un año?

Es verdad, el pobre terapeuta no tenía mucha experiencia, de hecho solo tuvo el trabajo debido a las recomendaciones de investigadores, profesores y otros terapeutas, eso me enseña a que cuando se contrate gente solo se debe contratar a aquellos que tengan la sapiencia y practica suficiente, y no solo por su recomendación, después de todo la mayoría de ellos lo conocían como alumno, no como psicólogo.

4 de octubre de 2009

Receso

Receso

-porque me envías a un niño, yo no trabajo con niños.

Esta hermosa mujer que me mira molesta es una reconocida psicóloga, no se dejen engañar por esos ojos azules, o su rubia cabellera, o el hecho de que vista más como supermodelo que como terapeuta.

-por que el niño está bien

Ella se sienta a mi lado me mira como tomó de mi café. La madre es el problema de ese niño, trabaja todo el tiempo y nunca tuvo interés en tener un hijo, solo quedó embarazada por error, o al menos eso cree, el padre es piloto, así que es probable que tenga una familia en cada puerto, viaja continuamente y ella trabaja todo el día, los abuelos cuidan al niño, ella no lo soporta y por eso cree que tiene un problema, porque el niño es niño y no el robot que ella quiere.

-entonces la madre es el problema, y que voy a hacer con el niño en mi consultorio

Dice resignándose a que verá el paciente, confía en mi juicio clínico, de hecho lo envidia, por eso no se opondrá a mi decisión.

-no lo sé, ingéniatelas.

Le digo con mi tono altanero mientras me levanto de esa mesa en la azotea para regresar a mi oficina, este ya no será un lugar tranquilo, pronto se llenará de psicólogos, trabajadores y pedagogos platicando de sus vidas, o del último chisme de moda, a mi no me gusta participar en ese circo y todos lo saben.

-te odio sabes

Me dice cuando voy cerrando la puerta, tal vez lo más irónico es que es con quien más hablo en este lugar. Los miércoles son tranquilos salvo en ocasiones como esta, generalmente me la paso leyendo, haciendo trabajo de oficina, planeando cursos, revisando las investigaciones, leyendo expedientes, me sumerjo en el mundo de la psicología y no me ocupo de nada más, bueno en ocasiones también checo la contabilidad de la clínica, no está de más ver cómo van las finanzas.

-Ahí estas, los practicantes te buscan.

Otra mujer, no es de sorprenderse más del ochenta por ciento de la gente que estudia psicología, pedagogía o carreras afines son mujeres, así que el hecho de que solo halla en la clínica tres hombres no es sorpresa, ella es la directora de proyectos, mi jefa si yo no fuera yo.

-diles que los veré en cinco, no diez minutos en la sala de juntas

Me mira con sus grises ojos, sabe que tengo tantos rasgos obsesivos que si digo que en diez minutos, estaré ahí en diez minutos, hablaríamos más, de hecho seriamos buenos amigos, si no fuera porque ambos somos aprensivos con el trabajo, el trabajo es nuestra vida, bueno ella tiene también su prometido, y como no tener a alguien siendo así de hermosa, una musa griega de ojos enigmáticos y cabellos negros como las sombras, un gesto más y desaparece con folders entre sus manos, mientras yo entro a mi consultorio con un nuevo café bien cargado.

-Etapa del desarrollo cognoscitivo que atraviesan los adolescentes según Piaget.

Si este montón de niños con aspiraciones de psicólogo no me contesta esa simple pregunta y deja de verme como si hablara en algún idioma extraño, creo que estoy perdiendo el tiempo. Bueno debería ser condescendiente con ellos después de todo yo a su edad y a su nivel tampoco sabía mucho, al menos no tanto como se ahora, tal vez si más que ellos, sobre todo con mis hermosos maestros que eran tan gentiles como yo.

-jóvenes tienen…

Cuantos segundos debería darles, no debo ser muy exigente si se quejan con la bella Flaira tendré que pasar unos cinco minutos justificando mi crueldad, y no me gusta perder el tiempo.

-dos horas para preparar una presentación sobre adolescencia, explicando cambios físicos, cognoscitivos, psicológicos y sociales de los adolescentes, pídanle a la Licenciada Cicerón las llaves de la biblioteca.

Ni una palabra más, saben que hablo en serio, no hay tiempo que perder, tomo una vez más mi café y me dispongo a ir a mi consultorio a disfrutar de mis dos horas de amena lectura.

-se supone que tienes que enseñarles tú.

Que lo primero que veas al salir de la sala de juntas, donde has mandado a hacer tu trabajo a los estudiantes o practicantes, o como quieras llamarles, sea la directora de proyectos no es buena señal.

-el conocimiento está en los libros que los busquen, yo solo les confirmo que estén en lo correcto.

Me mira molesta, con sus grises y penetrantes ojos, sonrío, sonríe, ellos toman las llaves de su mano y corren detrás de ella rumbo a la biblioteca, saben que ella les ha conseguido un poco más de tiempo y a mí me ha quitado tiempo de lectura y tranquilidad. Camina con paso seguro y ambos quedamos recluidos en la sala de juntas, la sala de pisos de madera, paredes color rojo oscuro, y luz tenue luce acogedora, ella me ve.

-si no quieres tratar con las personas deberías buscar otra profesión.

Dice con su gentil voz, yo miro el reloj negro y plateado sobre la pared, en un par de horas será medio día, ella saldrá a merendar y yo tendré que estar aquí con los practicantes, demostrando mi inteligencia y mostrando su ignorancia, pero ahora tengo que escucharla y claro contestarle.

-amo mi profesión, lo que no soporto es la ignorancia

Mi sonrisa altanera se dibuja en mis labios, ella me mira sonriente, lanzara una estocada, una directa como ella sabe darlas, golpeará mi Narciso y yo fingiré que no lo logra ni siquiera rozarlo, es un juego donde ambos nos hacemos daño y nos ayudamos al mismo tiempo, ya que la verdad no peca pero incomoda.

-será a caso que te refleja tu propia ignorancia, tu falta

Sonrío para mí, y en secreto para ella, le miro y me sonríe, me levantó y camino hacia ella, claro que la última palabra es mía, una estocada final, le miro a sus ojos, y me acerco.

-y que hay de la tuya, que hay de tu falta

Me acerco tanto a ella al pasar a su lado que podemos oler el suave aroma de nuestras respiraciones, ella huele a rosas, yo a fresca briza, lo respiramos profundamente y salgo mal herido dejándola ella desangrándose en esa habitación, ninguno de los dos falló, ninguno ganó, ninguno perdió.

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Never insecure until I met you
Now I'm bein' stupid
I used to be so cute to me
Just a little bit skinny
Why do I look to all these things
To keep you happy
Maybe get rid of you
And then I'll get back to me (hey)

My outsides look cool
My insides are blue
Everytime I think I'm through
It's because of you
I've tried different ways
But it's all the same
At the end of the day
I have myself to blame
I'm just trippin'

2 de octubre de 2009

Infantil

Infantil

Miércoles en la mañana, me fascina el miércoles por la mañana, la vida es simple, no hay patología más que la mía propia y la escrita en los libros que devoro con fascinación, amo mi carrera y no hay nada mejor para leer un buen libro de Psicología que un rico café colombiano, su aroma ya inunda la sala, ese aroma suave y profundo, amo el café es mi segundo amor. Al abrir la puerta con la taza en mano los escucho, esa voz chillona de una madre preocupada por su hijo y María la secretaria de recepción, tengo el tiempo contado si llego hasta mi oficina y cierro la puerta antes de que nada, podre relajarme leyendo a Lacan o alguno más de mi colección, si no tendré que hacer frente a la obvia histeria de la dama y su infante que seguramente no tiene nada más que una pésima madre.

-Doctor

Demonios, fui demasiado lento, María me llama y no me queda más remedio que darme la vuelta y caminar hacia el recibidor, María ve el fastidio en mis ojos, pero nota como lo disimulo completamente, saludo a la madre preocupada que de inmediato empieza a hablarme de los problemas de su hijo, quien corre queriendo adivinar hacia donde nos dirigimos, no meteré a ese diablillo a mi consultorio, súbitamente abro una puerta a mi derecha y entro con la madre, el infante nos sigue.

-por favor tome asiento

No estoy en mi elemento, no es mi consultorio, no tengo un lugar preferido, pero al menos mi inconsciente me ha guiado bien, tanto que parece que lo he planeado todo, una sala amplia alfombrada con varios juguetes en una esquina, el niño me ve y ve los juguetes, le sonrío y en ese lenguaje que los niños entienden de inmediato, corre hacia los juguetes, la madre trata de detenerlo, pero yo la detengo a ella.

-siempre es tan impulsivo

Dice la madre, pero la forma en que iba a detener a su hijo era la misma con la que se detiene a un animal incapaz de razonar. Odio ver niños, ellos no tienen problemas psicológicos, a duras penas tienen psique, la mayoría por no decir que todos los problemas de los niños se debe a una mala crianza, es decir a problemas de los padres.

-cuénteme cómo es su hijo en la casa.

Demonios me he saltado la parte en donde pido sus datos y finjo interesarme en quienes son y que hacen ahí, debo ser menos frió.

-disculpe

Su forma de responder es natural, yo ignoro su comentario, ella ignora el mío.

-como es…

Hago un silencio y ella termina mi frase, no me gusta repetir las cosas dos veces.

-Marco en casa

Vaya el niño tiene un lindo nombre, Marco como el antiguo navegante y explorador italiano, o a caso será por Marco Aurelio, o algún otro ser famoso, bueno eso no es importante, son divagaciones de mi mente, el niño se ve tranquilo juega calmadamente con unos juguetes, es más sociable que el promedio, no se inmuta y se siente en confianza, la mayoría de los niños no se separan de su madre, hasta que está les dice que vayan a jugar.

-es muy inquieto, todo el día anda de un lado a otro, nunca se detiene, es como si nunca se cansara.

Eso suena como Hiperactividad, pero con la tolerancia de esta madre no creo que lo sea, nunca he visto a un niño hiperactivo que se siente a jugar con unos carritos.

-usted lo cuida todo el tiempo

La madre desvía la mira, es momento de analizarla, de observarla, zapato de tacón, minifalda, peinado de estilista, saco y blusa de seda, además se ve joven, tendrá unos veintidós años y el niño no tiene menos de cuatro años.

-este no, lo cuidan mis padres mientras trabajo

Tartamudea un poco, eso indica que tal vez sus padres lo cuiden la mayor parte del tiempo, si no es que solo lo lleva a su casa para dormir.

-vive con sus padres

Demonios, porque tenía que tocarme atenderla hoy, hoy iba a leer y a preparar el material de la investigación, no tengo paciencia para escudriñar la vida de esta mujer, para ver si el problema es ella o su hijo.

-no, vivo con mi esposo

Bien es momento de apoyarme del expediente, extiendo mi mano y abro un cajón del escritorio que está cerca de mí, debe haber hojas y plumas en algún lugar, uno, dos, tres cajones y consigo lo que buscaba, la madre me mira, podría justificarme y decirle que no es mi consultorio, pero en lugar de eso bebo un poco de café.

-Entonces su hijo se llama Marco…

Un silencio y ella ya conoce la dinámica, es su turno de terminar la frase

-Marco Arturo Solís del Monte, como su padre

Ok me ahorró el preguntarle el nombre del padre, y ahora sé que no tiene nada que ver con exploradores o emperadores, si no con su legado familiar.

-cuántos años tiene

Ella sonríe, piensa un momento, unos cuantos segundos y finalmente responde.

-cinco…

Su tono, el tiempo de su respuesta me hacen ver que no está segura de ello, está va a ser una larga mañana, por suerte para el niño su mamá recibirá la ayuda que necesita y con suerte también su padre.