I want you

Rail come tranquilamente un panque de nueces mientras mira su serie de televición favorita (mentes criminales) mientras piensa en la inmortalidad del cangrejo y en un chico rubio que esta sentado frente a él, Raven es un joven de ojos turquesa, cabello dorado y piel tan blanca como la leche, tiene un toque de inocencia en sus razgos, pero lo que menos tiene ese chico en su alma es pureza, es atrevido, perverso y siempre obtiene lo que quiere, y ahora mira con ojos de deseo al pelirrojo del ojo violeta.

-que me ves?

Cuestiona Railer sabiendo que es lo que el chico desea, la simple idea de que este ahí ya es pecaminosa, y ahora el pelirrojo sabe que el rubio esta por dar un paso más allá de la descencia.

-tu que crees

Dice Raven con una picara sonrisa en sus labios, Raven tiene 18 años, es jovial, atrevido e impetuosos, eso es lo que le encanta a Rail de él, pero por otra parte Rail ya es más maduro, serio, reservado y meticuloso, cosa que a Raven le encanta de él.

-ni lo pienses

Amenaza Rail al chico frente a él, lo dejaría continuar si no estuvieran ahí, si en lugar de la sala de descanso de la clínica estuvieran en su casa, o en la de él, pero no en ese lugar, la descensia de Rail no permitira que Raven haga lo que sus ojos brillantes insinuan.

-yo no he pensado nada

Dice con tono de inocencia el rubio, y el pelirrojo no puede evitar sonrojarse ante aquella tierna mirada, y sin darse cuenta Rail ha caido en la trampa, lo siguiente que sabe es que el chico lo besa con lujuria y salvajismo, mientras lo apriciona con sus brazos contra el sillón, está a merced de ese chico y lo sabe.

-eres mio

Dice Raven con una maquiavelica sonrisa, mientras ambos recuperan el aliento, el cuerpo delgado y viril del joven esta sobre el de Rail, y bajo los ajustados pantalones un abultado miembro se nota en todo su explendor, un par de sonrisas y los seguros de la habitación se cierran por arte de magia.

-esta cerrado

Dice Flaira al demonio que intenta inutilmente abrir la puerta

-se supone que tiene consulta y que ese niño no debería estar aquí

Dice el de cabellos negros y mechon plata a la dama de un ojo gris y otro rojo

-y me lo dices a mi, ese niño es un caos

Comenta la dama mirando con resignación al demonio mientras coloca un letrero de prohibido el paso en la puerta de la sala de descanzo, despues de todo ese par no saldra hasta terminada su fechoría.